Esta semana se ha anunciado el cierre de la red social Tuenti, cuyo apogeo tuvo lugar entre los años 2009 y 2012. Tuenti permanecerá como operador de telefonía móvil, ya propiedad de Telefónica desde hace unos años, pero su división de red social, la que dio origen a la compañía, será finalmente cerrada próximamente.
Tuenti fue una de las primeras redes sociales para muchos usuarios procedentes del ámbito universitario, y llegó a competir con la todopoderosa Facebook en determinadas franjas de público. Hasta 15 millones de perfiles, fundamentalmente estudiantes, se abrieron en esa red, y toda esa información, en especial un acervo fotográfico de más de 5.000 millones de fotos, sigue disponible online. La compañía ha anunciado que permitirá a sus usuarios que descarguen todo su material antes del cierre, aunque por el momento la herramienta que servirá para realizarlo todavía no está disponible.
No es la primera ni será la última despedida a una red social. Desde los tiempos de MySpace hemos visto nacer, crecer, y morir a muchas de ellas. El mayor problema que tienen las redes sociales es convertir la herramienta en un modelo de negocio rentable, conseguir la monetización de su tráfico de usuarios y publicaciones. En ese proceso han caído muchas, como MySpace y Tuenti. Y se mira con lupa a Twitter, cuya rentabilidad hoy en día está muy cuestionada, y se intuyen movimientos a su alrededor próximamente.